Un aplauso
Sinopsis
Gesto social de carácter espontaneo que denota emoción, aprobación y contagio. Éste es solo uno para lo que fuimos en un papel, en un juego, en un sonido y lo que ya somos hora todos juntos. Nene y nena, hombre y mujer… cuatro bailarines, un dibujante y un músico en escena, nos permiten entrar en el universo infantil enmarcado principalmente por una atmosfera lúdica y visualmente plástica. Los típicos dibujos de familia con sus monigotes, tamaños y trazos dan cuenta de los primeros “generados” del lenguaje estético y la construcción de sentido de la obra, como así también se apela al juego para crear el material de movimiento abordándolo además desde lo simbólico en relación a su función comunicativa creativa. En la que intervienen las emociones y se establecen acuerdos tanto temporales como espaciales propios de ese universo lúdico. Estos son inherentes a los niños pero ¿y a los adultos? Entre líneas punteadas son, se repiten, se observan, se miden, se dibujan, se sienten y se piensan. Como es pensarse niño, pensarse adulto, pensarse juntos y ser familia.
Participantes
Julieta Scanferla | Idea y dirección general; Escenografía |
Juana de Castro | Coreografía; Intérprete |
Ivo Beain | Coreografía; Intérprete |
Romina Palmieri | Intérprete |
Víctor Ramos | Intérprete |
Julián Chambo | Música original y edición sonora |
Bernardo Clausi | Artista visual |
León Villar | Asistente de dirección |
Belén Arcuri | Vestuario |
Martin Galle | Iluminación |
Julieta Scanferla | Escenografía |
Más sobre la obra
Esta obra nace a partir de una ejercitación de una clase de danza para niños. El taller destinado a chicos de aproximadamente 8 años solía contar con un grupo de alumnos de años anteriores, pero en éste sólo retomaron las clases, Juana e Ivo. Entonces, se propuso como pauta de trabajo a partir de un estímulo sonoro, realizar una acción vinculada a algún juego que asociaran con dicho sonido. Así aparecieron el jugar a la paleta, hacer burbujas, ser una burbuja, correr, luchar, caerse y caerse. O perseguirse y ser muñeco. Luego, los chicos tuvieron que elegir y abordar algunas de ellas desde el moviendo, variando algún factor como la velocidad o su tamaño. Y combinarlas con una secuencia que venía realizando. Desde abril de 2013 y durante varios meses, seguimos trabajando ya que Juanita e Ivo tenían bastante material y se habían copado con la propuesta. Mientras que, por mi parte, resultaba interesante ver cómo se iba abstrayendo el movimiento e iba tomando un sentido de unidad. Además, fui articulando los trabajos individuales para que pudieran montarse simultáneamente. Así lo que era una clase de danza, se fue pareciendo cada vez más a un ensayo, y surgieron las ganas de los tres de mostrarlo. Finalmente, en julio, les propuse hacer una obra con todo lo teníamos, sumando una segunda parte, en la que estas mismas acciones fueran realizadas por adultos. En esta instancia, se sumaron al proyecto los bailarines, Romina y Víctor y como consecuencia, surgió la necesidad de abordar la imagen de familia que se generó sólo por el hecho de presentar en escena una pareja y dos nenes. Además, le propuse a Julián Chambo componer la música a partir de las escenas existentes y algunas indicaciones específicas como incorporar sonidos que denoten al dibujo animado, entre otras. Para completar la obra desde lo visual y crear un sentido estético, cerca de la fecha del estreno, trabajé las imágenes junto a Bernardo Clausi con la idea de que lo analógico este presente y sea posible percibir el trazo tomado desde el movimiento. Finalmente, me resulta atractiva la moldería con sus líneas punteadas, medidas y anotaciones para la realización del vestuario que llevó adelante Belén Arcuri. En total, el proceso de creación requirió siete meses entre la primera etapa, en la que los niños ensayaban una hora y media por semana, y la segunda en la que se realizaban dos ensayos semanales: uno grupal de hora y media y uno con los bailarines adultos de dos horas.