Diferencia entre revisiones de «Promenade, recorrido performático»

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|Sinopsis=:::''Los visitantes, aquí, se dan la vuelta y regresan al interior y se preguntan cómo ocurre todo esto, y comprenden difícilmente las razones de lo que ven y sienten; no encuentran nada de lo que se suele llamar una “casa”. Se sienten en otra cosa del todo nueva. Y… creo que no se aburren.''  
 
|Sinopsis=:::''Los visitantes, aquí, se dan la vuelta y regresan al interior y se preguntan cómo ocurre todo esto, y comprenden difícilmente las razones de lo que ven y sienten; no encuentran nada de lo que se suele llamar una “casa”. Se sienten en otra cosa del todo nueva. Y… creo que no se aburren.''  
::::::::::::(Le Corbusier, Precisiones respecto a un estado actual de la arquitectura y el urbanismo)
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La teoría que construye y manifiesta la Casa Curutchet, y en particular el concepto de cuerpo que esta contiene, son retomados para volver a habitarlos y transitarlos pero esta vez bajo nuevas formas, que permitan dar cuenta de sus apropiaciones.
 
La teoría que construye y manifiesta la Casa Curutchet, y en particular el concepto de cuerpo que esta contiene, son retomados para volver a habitarlos y transitarlos pero esta vez bajo nuevas formas, que permitan dar cuenta de sus apropiaciones.
 
Volver a habitar y descubrir el lugar nuevo, puede conducir a la intromisión de lo inesperado, que llegaría con la fuerza de lo extraño. Los límites entre lo propio y lo ajeno surgidos de este modo adquirirían distintas formas. Comenzarían con la piel del cuerpo, aparecerían en forma de paredes, muros, puertas y ventanas, texturas. Ocupar un espacio es un proceso permanente de producción ficcional que constituye modos de estar en el mundo.  
 
Volver a habitar y descubrir el lugar nuevo, puede conducir a la intromisión de lo inesperado, que llegaría con la fuerza de lo extraño. Los límites entre lo propio y lo ajeno surgidos de este modo adquirirían distintas formas. Comenzarían con la piel del cuerpo, aparecerían en forma de paredes, muros, puertas y ventanas, texturas. Ocupar un espacio es un proceso permanente de producción ficcional que constituye modos de estar en el mundo.  
El movimiento de los cuerpos hace surgir un espacio; el espacio genera y promueve las posibilidades de movimiento. Coexistencia y origen simultáneo del cuerpo y del espacio, en tanto se imbrican y descubren mutuamente.
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La promenade arquitectónica es la invitación a recorrer un edificio, estimulando en ese paseo una experiencia estética. El recorrido es este elemento de la arquitectura en el que se articulan todos los espacios que componen un edificio. Es una forma secuencial en la que las entidades formales que la integran se vinculan explícitamente por una trayectoria espacial, cuya percepción impone una temporalidad que permite la lectura de una estructura narrativa. La promenade define espacios, ofrece experiencias y contribuye a la forma en que se comprenden las características espaciales de la casa. Para poder ser comprendido, el edificio debe ser recorrido.
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Así, el movimiento de los cuerpos hace surgir un espacio; el espacio genera y promueve las posibilidades de movimiento. Coexistencia y origen simultáneo del cuerpo y del espacio, en tanto se imbrican y descubren mutuamente.
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|Motivacion=::::''La arquitectura ya no puede ser una unidad homogénea que representa un todo. Tan sólo puede entenderse como una serie de fragmentos unidos entre sí por la persona que los experimenta. La llamada a una arquitectura flexible e interactiva ha establecido un elemento obvio, aunque olvidado durante mucho tiempo, en la proyección y construcción de edificios: las personas. Si la arquitectura solo puede comprenderse recorriéndola, únicamente puede existir si tiene uso. Si apelamos a la planificación urbana para que haga sitio a lo inesperado, entonces ello debe entenderse como un llamamiento a preparar el terreno para la interacción humana espontánea. El usuario es, una vez más, el vínculo entre la idea y la realidad física y el catalizador en la creación del espacio.''
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De acuerdo con Le Corbusier, el desplazamiento configura el orden de la arquitectura. El ojo y la luz son referencias generadoras del diseño, forman parte indispensable de la promenade. Por eso, Le Corbusier se sirvió de rampas, escaleras, puentes y demás pasos de circulación para infundir en sus obras expresividad y experiencias inesperadas.
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En la Casa Curutchet, la rampa es el eje de la composición. Articula las dos funciones principales, la vivienda y el consultorio, y es el conector entre estas y la calle. Genera una espacialidad continua y fluida, en la que se vinculan lo interior y lo exterior, lo público y lo privado. Espacios que se revelan a sí mismos a medida que el visitante avanza. La rampa recorre los espacios generados por el diseño y las tensiones que surgen en su recorrido enriquecen la idea motriz pregonada por Le Corbusier en sus obras, un compendio de variaciones sensoriales impuestas por la arquitectura.
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A diferencia de la escalera, la rampa otorga una variación dinámica del ángulo de visión, una dinámica que rompe la imagen de la perspectiva tradicional y la remplaza por una composición de planos superpuestos, entregando al usuario un recorrido constante sin cortes.
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Las secuencias de planos, la percepción continua e ininterrumpida del espacio, el dialogo entre la geometría y la pulsión son algunos de los componentes de vivir una Promenade. Caminar es una danza alrededor de este espacio, reconectándolo, reexperimentándolo y viéndolo cada vez de una manera diferente
 
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Revisión del 23:34 18 oct 2016

Promenade, recorrido performático
File:Conlogo2.jpg

Fecha de estreno: 08/10/2015
Lugar de estreno: Casa Curutchet, La Plata
Una obra de: Proyecto en Bruto
Formato: Intervención, Performance,
Género: Danza contemporánea,



Contacto


Sinopsis

Los visitantes, aquí, se dan la vuelta y regresan al interior y se preguntan cómo ocurre todo esto, y comprenden difícilmente las razones de lo que ven y sienten; no encuentran nada de lo que se suele llamar una “casa”. Se sienten en otra cosa del todo nueva. Y… creo que no se aburren.
(Le Corbusier, Precisiones respecto a un estado actual de la arquitectura y el urbanismo)


Una de las premisas básicas de Le Corbusier, es que la arquitectura puede ser vista como una forma de texto que se desarrolla en el espacio. La teoría que construye y manifiesta la Casa Curutchet, y en particular el concepto de cuerpo que esta contiene, son retomados para volver a habitarlos y transitarlos pero esta vez bajo nuevas formas, que permitan dar cuenta de sus apropiaciones. Volver a habitar y descubrir el lugar nuevo, puede conducir a la intromisión de lo inesperado, que llegaría con la fuerza de lo extraño. Los límites entre lo propio y lo ajeno surgidos de este modo adquirirían distintas formas. Comenzarían con la piel del cuerpo, aparecerían en forma de paredes, muros, puertas y ventanas, texturas. Ocupar un espacio es un proceso permanente de producción ficcional que constituye modos de estar en el mundo.

La promenade arquitectónica es la invitación a recorrer un edificio, estimulando en ese paseo una experiencia estética. El recorrido es este elemento de la arquitectura en el que se articulan todos los espacios que componen un edificio. Es una forma secuencial en la que las entidades formales que la integran se vinculan explícitamente por una trayectoria espacial, cuya percepción impone una temporalidad que permite la lectura de una estructura narrativa. La promenade define espacios, ofrece experiencias y contribuye a la forma en que se comprenden las características espaciales de la casa. Para poder ser comprendido, el edificio debe ser recorrido. Así, el movimiento de los cuerpos hace surgir un espacio; el espacio genera y promueve las posibilidades de movimiento. Coexistencia y origen simultáneo del cuerpo y del espacio, en tanto se imbrican y descubren mutuamente.

Motivación

La arquitectura ya no puede ser una unidad homogénea que representa un todo. Tan sólo puede entenderse como una serie de fragmentos unidos entre sí por la persona que los experimenta. La llamada a una arquitectura flexible e interactiva ha establecido un elemento obvio, aunque olvidado durante mucho tiempo, en la proyección y construcción de edificios: las personas. Si la arquitectura solo puede comprenderse recorriéndola, únicamente puede existir si tiene uso. Si apelamos a la planificación urbana para que haga sitio a lo inesperado, entonces ello debe entenderse como un llamamiento a preparar el terreno para la interacción humana espontánea. El usuario es, una vez más, el vínculo entre la idea y la realidad física y el catalizador en la creación del espacio.
(Julia Schulz-Dornburg, Arte y arquitectura: nuevas afinidades)

De acuerdo con Le Corbusier, el desplazamiento configura el orden de la arquitectura. El ojo y la luz son referencias generadoras del diseño, forman parte indispensable de la promenade. Por eso, Le Corbusier se sirvió de rampas, escaleras, puentes y demás pasos de circulación para infundir en sus obras expresividad y experiencias inesperadas. En la Casa Curutchet, la rampa es el eje de la composición. Articula las dos funciones principales, la vivienda y el consultorio, y es el conector entre estas y la calle. Genera una espacialidad continua y fluida, en la que se vinculan lo interior y lo exterior, lo público y lo privado. Espacios que se revelan a sí mismos a medida que el visitante avanza. La rampa recorre los espacios generados por el diseño y las tensiones que surgen en su recorrido enriquecen la idea motriz pregonada por Le Corbusier en sus obras, un compendio de variaciones sensoriales impuestas por la arquitectura. A diferencia de la escalera, la rampa otorga una variación dinámica del ángulo de visión, una dinámica que rompe la imagen de la perspectiva tradicional y la remplaza por una composición de planos superpuestos, entregando al usuario un recorrido constante sin cortes. Las secuencias de planos, la percepción continua e ininterrumpida del espacio, el dialogo entre la geometría y la pulsión son algunos de los componentes de vivir una Promenade. Caminar es una danza alrededor de este espacio, reconectándolo, reexperimentándolo y viéndolo cada vez de una manera diferente




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